Levitan es llamado el “artista del estado de ánimo” y el “cantante de la naturaleza rusa”, y basta con mirar sus pinturas para sentir con todo el corazón por qué esto es así. Todos sus paisajes están impregnados de su estado de ánimo: puedes encontrarlos alegres y tristes, alegres y tristes, imbuidos de miedo y expectación y, a la inversa, irradiar esperanza y luz.
Antes de mirarlos por primera vez, parece que es imposible transmitir el dolor y la felicidad del alma humana con tanta precisión a través de la imagen de la naturaleza, siempre de la naturaleza rusa, pero una vez que mires, no podrás olvidar.
“Choza en el prado” – no es una excepción. Este es un estado de ánimo del paisaje, que responde con una premonición del bien. Parece que no tiene nada de especial: una choza en cuclillas entre dos árboles altos, una dispersión de mullidos dientes de león en un prado verde, un pequeño estanque cubierto de hierba alta y solo una pequeña esquina que refleja el cielo.
Pero todo esto está escrito en colores tan cálidos y tan precisos que el estado de ánimo aumenta y parece que todo saldrá para mejor. El mediodía de verano de la pintura, una pequeña nube que flota en el cielo, escrita con mucha precisión y delicadeza, de la manera habitual de Levitan, nos lleva a creer que en realidad llegará el verano, en el que todo estará bien.
Además, como en cualquier buena imagen, el paisaje despierta la imaginación: es fácil imaginar cómo una niña, casi una niña, con ropa simple hecha en casa sale de la cabaña, y arranca lágrimas de dientes de león, sopla la suave pelusa blanca de ellos, hace deseos y ríe. O dos niños saldrán corriendo, comenzarán a correr entre las flores, levantarán una tormenta de diente de león y se quedarán dormidos en la suave hierba.