Carreras de caballos en Longchamp – Edouard Manet

Carreras de caballos en Longchamp   Edouard Manet

En la segunda mitad de la década de 1860, el trabajo de Manet se hizo muy conocido entre la intelectualidad creativa y los conocedores de la pintura, y el propio artista pronto dirigió un movimiento creativo llamado “The Batignolis School”, cuyos miembros eran los artistas impresionistas Claude Monet, Auguste Renoir, Edgar Degas, Berta. Morisot y otros.

Además, destacados escritores de la época eran miembros de la asociación creativa. Las reuniones de los participantes de la “Escuela de Batignolles” se llevaron a cabo en el café “Gerbua”, que acababa de abrir en ese momento en Montmartre. En el café “Gerbua” no detuvo el feroz debate sobre el arte y la nueva forma visual de escribir.

La escuela incluso se llamó en broma la “pandilla de Mane”.

Muchos eran nuevos en la forma en que Manet creó sus obras. Algunos pintores jóvenes incluso mostraron un deseo de repetir la técnica inusual de crear pinturas en sus lienzos. Con el tiempo, más y más participantes nuevos ingresaron a la escuela, incluidos Paul Cézanne, Emile Zola y muchos otros.

Las reuniones de artistas y escritores se hicieron frecuentes y fascinadas por la posibilidad de una discusión activa, expresión abierta de sus puntos de vista.

En 1867, Manet intentó organizar su propia exposición individual. La inauguración de la exposición estaba prevista para el 24 de mayo. Sin embargo, a pesar de todos los deseos y esfuerzos del Hombre, la exposición de sus mejores trabajos no tuvo éxito.

Sin embargo, el fracaso no rompió la voluntad del artista, y continuó creando y comunicándose con personas de ideas afines, promoviendo y difundiendo su método artístico. La creación de la obra “Carreras de caballos en Longchane”, que se encuentra en nuestro tiempo en el Instituto de Arte de Chicago en Illinois, pertenece a este período. La imagen se parece a un boceto de acuarela.

Los contornos de las imágenes, los contornos vagos de las siluetas crean la impresión de un marco fotográfico.

El artista representa al grupo de jinetes como una especie de coágulo compuesto, un coágulo de energía poderosa. La paleta de la imagen está formada por transiciones suaves de color. Los diferentes tonos de verde en saturación pintan el ambiente del aire y transmiten no solo los matices del clima, sino que también resaltan el emocionante ambiente general de lo que está sucediendo.

La rapidez de los movimientos se transmite gracias a un método especial de aplicación de movimientos con movimientos desgarrados y llenos de energía que forman haces de colores, con variadas texturas y reflejos.

Los espectadores se representan como una masa colorista abigarrada sin detallar y prescribir rostros, poses, disfraces. La imagen transmite la tensión interna y la emoción de las carreras. El trabajo fue escrito pronto, lo que permitió captar un momento crucial y capturar la infecciosidad emocional del evento.

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