Los campos de trigo alrededor de Auver atrajeron la atención de Van Gogh, y sus imágenes quedaron en el lienzo una por una. El vacío de los espacios infinitos parecía reflejar el estado interior de la agotada enfermedad del artista. En los campos cubiertos por el viento, las espigas de trigo, rodeados de colinas y escasa vegetación, Vincent encontró la paz y la tranquilidad tan necesarias para él durante este período.
En este paisaje, él representa el borde de un campo de trigo que se extiende en la distancia. Van Gogh divide la imagen en varias bandas de color distintas que convergen en un punto del horizonte. A pesar de su contraste, el color de la imagen sigue siendo suave, casi en colores pastel.
El cielo está cubierto de nubes grises, y en el fondo se alza una colina azul brillante rodeada por un contorno oscuro. Este color con motas brillantes de acianos se repite entre las orejas, cuando se describe cuál Vincent usó combinaciones más suaves de mezcla amarilla y amarillo-azul. El lado del campo estaba cubierto de racimos de hierba verde a través de los cuales se asomaba la tierra.
Van Gogh no escribe los detalles, pero alcanza la expresividad debido a las diferentes direcciones de los trazos. El trigo se balancea bajo la brisa del viento, y las nubes grises en el cielo sombrean la lluvia. Sin embargo, la imagen se ve muy brillante y tranquila, y en una combinación de rayas de varios colores se ve un comienzo positivo optimista.