Esta escena es parte de la imagen del altar escrita por Ucchelo-lo para la Iglesia del Espíritu Santo en Urbino. Se sabe que el maestro tuvo que escribir la imagen completa del altar, pero, una vez que terminó los paneles inferiores, rechazó la orden y fue entregado al holandés Ios van Wassenhove.
Tradicionalmente, las escenas en los paneles inferiores de la imagen del altar estaban estrechamente relacionadas con la escena principal representada en el panel central. En este caso, la trama principal de la imagen del altar es el establecimiento del Sacramento de la Eucaristía. Ios van Wassenhove, quien trabajó en el panel central de la imagen del altar, representó a Cristo dando pan y vino a sus discípulos durante la última cena.
Paolo Uchchello, de acuerdo con la trama principal, ilustró en los paneles inferiores de la imagen la historia de un usurero judío, conocido en la Edad Media, que intentó escandalizar a la oblea, es decir, a la partícula del Cuerpo de Cristo.
Su esencia es la siguiente. Una cierta pobre mujer, queriendo redimir su capa, plantada con el usurero, le dio, después de sus largas peticiones, un escondite robado en la iglesia. Judío, para escandalizar al santuario cristiano, quiso quemar la hostia. Pero tan pronto como prendió fuego a este pequeño trozo de pan, la sangre salió milagrosamente de él.
El judío expuesto fue arrestado y, junto con toda su familia, fue quemado en la hoguera por blasfemia, y la mujer que robó el escondite fue ahorcada.