Busto de Pablo I: uno de los fenómenos más inusuales en el arte ruso del siglo XVIII. La imagen del emperador es multifacética y polémica. Shubin, con un coraje sin precedentes, destruye todos los cánones del idealizado retrato del desfile.
En su creación, el ensueño sentimental avanza con una expresión facial dura, casi cruel, y los rasgos feos e incluso caricaturescos no privan a la imagen de la grandeza. La ceja alta y limpia de Paul y sus ojos grandes, tristes y soñadores son recordados. Todo está construido sobre las mejores formas de modelado.
Curiosamente, el retrato, tan despiadadamente sincero, recibió reconocimiento oficial.
No contenía exageraciones grotescas y se distinguió por la pompa de los alrededores, muy en el gusto del emperador. Pablo I es el hijo del gran duque Peter Fedorovich y de la gran duquesa Catherine Alekseevna. Desde 1796 – el emperador ruso.
Muerto como resultado de un complot noble en el castillo de Mikhailovsky en San Petersburgo el 11 de marzo de 1801.