Los contemporáneos intentaron en vano comprender qué lugar entre los estilos y tendencias existentes es el trabajo de Fragonard. Incluso en nuestro tiempo, no es fácil definir el estilo de Fragonard y delinear los límites de sus posibilidades creativas. Es extremadamente diverso y diverso.
Uno de los campos de creatividad de Fragonard fueron los retratos. En ellos, buscó capturar la individualidad creativa, la emoción emocional, la pasión por las experiencias, que inevitablemente deberían entrar en acción, para sacar a los héroes de lo común.
Tal es el retrato de “Boy as pierrot”. Parece que el pintor atrapó el alma de este niño, brillando en sus ojos, quienes miran confiadamente y atentamente al mundo. Delicado rosado, blanco y azul: este esquema de color enfatiza no solo la inocencia infantil, sino también la disposición afectuosa de los adultos hacia los niños adorables.
En Fragonare mismo, una parte del niño se quedó: miró al mundo con una mirada fresca y siempre estaba listo para jugar, y esto es un signo de imaginación, la capacidad de vivir y con gran interés percibir la vida.
Este retrato infantil es una de las muchas obras de Fragonard que no están fechadas. En el mejor de los casos, podemos decir que el artista estaba en la cima de su habilidad. El pincel funcionó exactamente a petición del maestro, no hay una sola mancha extra o incorrecta.
El retrato atrae con su belleza, pero toda la atención no se presta a la técnica de pintura, sino a la singularidad única del niño, el pequeño héroe de la imagen.