Sin lugar a dudas, Murilyo no siempre trabajó solo en aquellos temas que estaban cerca de su corazón, lo molestó. En su juventud, tuvo que escribir mucho para mantenerse a flote y no ser empujado a un segundo plano por competidores más prolíficos.
En años maduros, el maestro fue recibido por los clientes. Y él, voluntariamente, tenía que escribir lo que los clientes querían de él. Pero incluso en tales casos, Murillo no creó cosas de “transferencia”.
Para cada historia, encontró sus colores, su sonido.
Presumiblemente, y “Baby Christ durmiendo con ángeles”, y “Baby Christ y el pequeño Juan el Bautista con un cordero”, aprox. 1670 es la esencia del trabajo, escrito por Murillo a pedido, ya que las variaciones azucaradas sobre el tema de la infancia de Cristo fueron muy populares entre el público. Y, sin embargo, incluso aquí, en tales “condiciones de complot” desfavorables, nuestro héroe sabe cómo encontrar el tono correcto.
Por supuesto, él no puede evitar el sentimentalismo, pero hace que este sentimentalismo inevitable se juegue en sus manos.