En un enorme lienzo, el artista describió los últimos momentos de la batalla histórica, que tuvo lugar el 15 de julio de 1410, en el campo bajo la ciudad de Grunwald, entre el ejército de los cruzados y el ejército unido polaco-lituano-ruso liderado por el rey Vladislav Jagailo.
A partir de episodios individuales, tiene lugar una imagen inusualmente vívida de la batalla, que el artista ve como si se tratara de “eventos”. En el centro de la composición, Mateyko colocó al Príncipe Vitold volando en un caballo de carreras. La izquierda cae bajo los golpes del Gran Maestro enemigo de la Orden, Ulrich von Jungingen.
En el estrado está el rey Vladislav Jagiello. Él está observando de cerca el progreso de la batalla. En apariencia, caótico y desprovisto de una perspectiva de construcción de la imagen, Mateyko trabajó muy cuidadosamente. El espectador tiene la impresión de que los remanentes del ejército derrotado intentan retirarse, ir más allá del lienzo, desde las profundidades invisibles de las que son atacados, alcanzando al ejército de ganadores.