Cuando en 1917, después de la muerte de Edgar Degas, sus pinturas fueron puestas en subasta, entre ellas se encontraba este pequeño lienzo de Cassat, que inicialmente fue aceptado como la obra del propio artista. No hace falta decir que Cassat se sintió halagado por este malentendido. Degas casi le rogó este trabajo, al verla en la octava exposición impresionista en 1886.
Según el propio maestro, está escrito “de una manera completamente impensable, imposible para una mujer”. Es posible entender tanto el error de los subastadores como el deleite de Degas. De hecho, “Morning Toilet” Cassat, más que el resto de sus pinturas, es similar al trabajo de su amiga y maestra.
El tema de la mujer del baño ha atraído a Degas desde principios de la década de 1880. Mary Cassat desarrolló el mismo tema, pero de una manera diferente. Si Edgar Degas, retratando a sus “bañistas”, declaró abiertamente que quería “llevar a una mujer al nivel de un animal lamiendo su pelaje”, Cassat escribió a las heroínas de sus “trabajos de tocador” con gusto y con simpatía.