En la rica herencia artística de Paula Modersohn-Becker, hay dos “Autorretratos con un collar de ámbar”. Este fue escrito en 1905, el cuello está ligeramente cubierto por ámbar amarillo claro, una piedra solar. Y esto crea un ambiente soleado que irradia en sus ojos pensativos.
El retrato es muy diferente de su homónimo, escrito un año después. Ese retrato es famoso por el hecho de que la artista se retrató desnuda, pero con un collar de ámbar.
Volvamos al autorretrato de 1905. Aquí todo se hace de manera estricta, desde el traje clásico hasta la exquisita gama de colores. Ella comprende este mundo y sus técnicas artísticas cambian según las tareas creativas.
Paula nos mira y, por así decirlo, más allá de nosotros, está inmersa en sus propias reflexiones, aquí ni siquiera hay un indicio de tristeza, pero hay un mundo mágico y emocionante de un artista que está lleno de armonía y una eterna sed de creación.