Este icono pertenece a la mano de un pintor de iconos del pueblo. Guiado por consideraciones de naturaleza práctica, crea una imagen venerada por los campesinos con sus habituales movimientos de pincel. La imagen se asemeja a un conjunto interconectado de signos, caracteres, comprensibles para cualquier aldeano.
El maestro descarta innecesarios en su opinión los detalles, los episodios, mientras que otros están recogiendo en una secuencia casi arbitraria. Entonces, Ilya en la cueva es decisivamente “desplazado” a la izquierda; el cuervo que le lleva el pan vuela en una dirección incierta.
Una obra maestra del sistema de signos iconográficos puede llamarse la imagen de un carro en forma de una caja con una rueda y caballos de fuego, indicada por un zigzag no definido. Este tipo de encriptación es similar a imágenes en ruedas giratorias, utensilios domésticos, toallas bordadas, en las que se adivinan los ecos de la cultura pagana.