La técnica del grabado en madera fue inventada en el Lejano Oriente. En Europa, comenzó a aplicarse en la década de 1420. En la época de Durero, el grabado en madera se usaba principalmente para crear ilustraciones de libros.
El maestro cortó un cliché de tal grabado con un cuchillo afilado en una tabla de madera lisa, luego se untó con tinta de impresión y se presionó con una prensa de mano sobre una hoja de papel.
Durer cortó sus primeros grabados en madera por su cuenta, pero más tarde prefirió poner solo el diseño deseado en el tablero, confiando de otra manera en los talladores o sus asistentes. Las parcelas de los grabados de Durero no impactaron con la novedad, pero los grabados en sí mismos, que permanecían en su contenido tradicional, se distinguían por su tamaño, complejidad de composición y riqueza de la línea.
A modo de ejemplo, presentamos los grabados en madera “Apóstol” y “Rhino”. Estas obras presentan a Durer entre los más grandes maestros de este género.