D. P. Shterenberg fue uno de los organizadores activos y miembros de la Sociedad de pintores de caballeros. Las obras de los maestros se caracterizan por la agudeza expresiva de las imágenes, la composición lacónica, la generalización y la claridad del dibujo, la construcción del espacio deliberadamente plana.
Sin embargo, la heroína del artista no se convierte en una atleta alegre, satisfecha con la vida, sino en una niña campesina, en cuya mente se conserva para siempre el recuerdo de la hambruna de los años veinte. Ella está de pie cerca de la mesa, en ella hay un plato con una rebanada de pan negro.
La tabla está absolutamente vacía, es un campo vacío con un solo objeto de símbolo: pan. Shterenberg rechaza la reproducción detallada de la realidad, creando un espacio azul-marrón condicionalmente ilusorio. Con medios de color y composición tacaños, pero precisamente verificados, Shterenberg recrea la tragedia de la época.