Uno de los más famosos de sus trabajos: “Absenta”, escribió Edgar Degas en 1893, inicialmente llamándolo “Gente en un café”.
En la imagen, el artista representó a dos personas, un hombre y una mujer, sentados en una mesa de un café. Es notable que la mujer está bastante borracha, mientras que el hombre está completamente sobrio. Degas estaba familiarizado con estas personas en la vida real, la mujer representada era una actriz popular en ese momento, apareciendo ante el público no en el escenario, sino durante el resto.
Ante una mujer sobre la mesa hay un vaso en el que se vierte la absenta. En su apariencia, se nota que ya había bebido bastante, lo que también se indica por su postura: piernas ligeramente alargadas y relajadas, una figura hundida con los hombros caídos, la indiferencia hacia su entorno se lee en su rostro. Un hombre sentado en la misma mesa en un café contrasta de alguna manera con una mujer: delante de él, en la mesa, hay un vaso en el que hay una cura para la resaca: el mazagran.
Sus ojos están fijos a un lado, sus ojos están inyectados en sangre.
La situación, capturada por Degas en la imagen “Absenta”, ocurre en la mañana. La situación se complementa con algunos elementos interiores: una jarra de agua para diluir la absenta, un periódico para los visitantes del café, un espejo especialmente recortado en la pared, que refleja la ventana hacia donde penetra la luz de la mañana.
La composición de la pintura es inusual para las obras de ese tiempo, Degas de alguna manera se convirtió en un innovador. Una cierta naturaleza fotográfica de la obra se combina con el desplazamiento de sus héroes, lo que crea el efecto de cierta transitoriedad y aleatoriedad de lo que está sucediendo. Edgar Degas quería mostrar la distancia, incluso las personas familiares entre sí en su moderno París.
La imagen “Absenta” es una verdadera obra maestra, el artista intentó mostrar al público el efecto producido por la absenta: un cambio e incluso una distorsión de la realidad circundante.