Alegoría del gusto – Peter Bruegel

Alegoría del gusto   Peter Bruegel

“Alegoría del gusto” es una magnífica fiesta para los ojos. Todo lo que se pueda imaginar en el campo de la gastronomía: cualquier bebida y plato, caza y pescado, cangrejo de río, langostas y ostras, todo tipo de fruta: todo en este exquisito lienzo se captura con una precisión asombrosa y escrupulosa, los detalles más pequeños se rastrean hábilmente. ¡Sólo mira esta uva! Las bayas maduras grandes brillan literalmente, llenas de jugo dulce.

Aquí todo habla de lujo y riqueza, pero ¿se trata solo de eso?

Como es el caso de Bruegel, cualquier personaje, cualquier detalle está lleno de un cierto significado que nosotros, “residentes del siglo XXI”, si parafraseamos a A. Voznesensky, somos difíciles de entender sin un cierto conocimiento de la moral y las ideas de quienes vivieron en Europa en la Edad Media.

En la época de Jan Bruegel el Joven, el mono era un atributo del gusto en alegorías tan de moda de los cinco sentidos. Sentada en el suelo y bebiendo vino de un vaso, ella, por un lado, alude a la prosperidad de la casa donde se realiza la pintura, y por otro, es un símbolo del comienzo diabólico, la lujuria y la lujuria. Los melocotones en el simbolismo cristiano, como la manzana, significan la caída en el pecado, y los higos significan lujuria y fecundidad.

Se abrieron las conchas de ostras, y de hecho, ¡la heroína de esta imagen se come con las ostras! – Son un manjar que estimula la sexualidad; en el simbolismo medieval, llevaban poderosos matices eróticos y al mismo tiempo designaban al alma, lista para dejar la envoltura de la tierra. Mientras tanto, las uvas ya mencionadas anteriormente, el símbolo de la santa comunión y la inmaculada sangre de Cristo, derramada en la cruz, permanecen intactos. Las preferencias gastronómicas de los huéspedes son un testimonio muy elocuente del pecado de lo que está sucediendo.

Entre el otro juego en la esquina inferior derecha de la imagen hay un pavo real muerto, que simboliza la inmortalidad pisoteada. ¿Ha vendido esta bella dama su alma inmortal al diablo en busca de placer momentáneo, rindiéndose al pecado de la gula en compañía de la sátira que la seduce?

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