El nombre tahitiano del lienzo suena como “Pape Moe”.Y este es un caso clásico para todo el trabajo de Gauguin, incluso la situación más común que buscó ennoblecer, e incluso dar algunas características místicas.
La imagen “Fuente misteriosa” se escribió con la ayuda de una fotografía que capturó al niño de una llave delgada. En el lienzo, el joven se convirtió en una chica semidesnuda en un taparrabos largo. La llave habitual pasó de una mano ligera del pintor a una cierta fuente misteriosa, llena de secretos ocultos.
Una corriente delgada se derrama en una especie de riachuelo pequeño, que Gauguin retrató con desbordamientos de color amarillo, naranja y oro.
Un espectador inquisitivo puede encontrar una referencia a esta imagen en el libro autobiográfico “Misceláneo”: “En un circo pintado en colores extraños, como corrientes de bebida diabólica o divina, una fuente misteriosa golpea la llave en los labios distorsionados de lo Desconocido”. Posteriormente, el autor se queja de que en la exposición de Durand-Ruelle, alguien exclamó, dicen, dónde vio esto, sorprendido por la naturaleza alegórica de este trabajo, diseñado para encarnar la situación cotidiana. Y allí mismo se detiene – solo una persona sabia busca penetrar en la esencia del mundo, habiendo logrado considerar todo lo secreto en él.
La imagen es increíblemente fuerte en su encarnación de color: los colores extremadamente brillantes, que, a pesar de todo el contraste en un examen fragmentario, se combinan en una trama armoniosa.
Todo el paisaje circundante está lleno de colores brillantes, tan exótico que parece imposible adaptarse armoniosamente a una figura humana aquí sin perder esta naturaleza mágica prístina. Pero el pintor es filigrana resultado. Además, fue precisamente a esto lo que buscó encarnar a los tahitianos y su forma de vida; en esta conexión inseparable con la naturaleza, Gauguin vio el mayor bien, en primer lugar, para él.
Habiendo escapado del mundo europeo al mundo salvaje, como le parecía a él, a la isla, y aquí estaba destinado a sentirse decepcionado: el implacable torbellino del progreso alcanzado aquí, desplazando gradualmente todo lo original y “natural”. El mismo Gauguin trató de captar el pasado mágico y escurridizo del nuevo mundo exótico, presentando así más de cien obras maravillosas que revelaron a todos hasta ahora una estética desconocida.