Su nombre es Wahrumati – Paul Gauguin

Su nombre es Wahrumati   Paul Gauguin

Una vez en Tahití, Gauguin busca reflejar en sus obras no solo la belleza y la extravagancia del mundo, sino también las características de la cosmovisión y la vida. La mitología de esta región no podía dejarlo indiferente. Una gran influencia en el período polinesio de la obra del pintor tuvo su muy joven esposa, Tehura.

Fue ella quien fue la fuente de información que introdujo a los europeos a las leyendas inusuales de Tahití.

La base de la imagen “Su nombre era Vairumati” es una leyenda sobre la sociedad Areoi, que predicó la idea del amor libre. A todos los miembros de la sociedad secreta se les permitía conexiones ilimitadas entre sí.

Por supuesto, Gauguin se sintió atraído por esta historia, pero aún más inspirado por la leyenda del origen de Areori.

Un día, el gran dios Oro decidió encontrar a su elegido en la tierra y, siguiendo su objetivo, decidió visitar todas las islas, buscando el mortal más hermoso. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano: no había una chica que pudiera comparar la belleza y el artículo con el gran Oro. Y cuando Oro estaba a punto de volver al cielo, notó a la hermosa Vairumati de la isla Boro-Boro.

Oro bajó a Varuumati a través de un colorido arco iris, que ya estaba preparando una mesa con las frutas más deliciosas y una cama forrada con las mejores alfombras. Fue allí donde se dedicaron al amor, iniciando así la existencia del misterioso y libre Areori.

Como el espectador puede ver, Gauguin trató de ilustrar literalmente la leyenda polinesia. En el primer plano vemos un Wahrumati desnudo, a cuyos pies hay una mesa baja con fruta. Detrás de ella está Oro, cuyas caderas están rodeadas por un taparrabos rojo brillante. Gauguin trató de representar a ambos héroes de acuerdo con las ideas estéticas tahitianas: son altos, de piel dorada, majestuosos, altos. En este caso, Virumati se parece a la heroína de los relieves del antiguo Egipto, y no es una coincidencia.

El pintor llevó consigo a la isla fotografías de las antigüedades de Egipto y más de una vez sirvieron de fuente de inspiración para Gauguin.

La pintura “Su nombre era Vairumati”, mágica y hermosa, hoy se exhibe en el Museo Pushkin.

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