La violación hace que el espectador, es decir, estamos contigo, mirando este lienzo. Según Paul Klee, la anatomía de la imagen recuerda al espectador su condición de voyerista: el espectador mira alrededor de los ojos, la nariz y la boca y evalúa la imagen sexy del ombligo.
Magritte dijo que la imagen simboliza “la degradación de una mujer al nivel del objeto del deseo sexual: ciego, mudo y sordo”.
Curiosamente, los psiquiatras del siglo pasado utilizaron este lienzo para trabajar con personas que sufren daño cerebral. El hombre cuyo lado izquierdo del cerebro estaba afectado podía ver perfectamente el rostro de una mujer, pero no vio el cuerpo inscrito en su rostro. Por el contrario, una persona con la mitad derecha del cerebro afectada creía que solo había un cuerpo desnudo delante de él.