Lotto es uno de los artistas más interesantes, versátiles y originales del Cinquecento italiano. Circunstancias desconocidas del orden de esta obra. Quizás la imagen fue escrita a petición del sobrino del artista Mario d’Armano.
La escena aparentemente típica de Lotto parece ser bastante complicada desde un punto de vista iconográfico, proporcionando oportunidades para una variedad de interpretaciones. El más simple es el que interpreta la obra como una alegoría de la felicidad: la estructura iconográfica de la obra, supuestamente escrita con motivo de la boda, corresponde directamente al epitalam clásico. La composición está dominada por la figura de Venus, cuya cabeza está coronada por una magnífica tiara con un velo de novia.
La cáscara, los pétalos de las rosas, que parecían acabar de caer sobre su pecho, y el mirto son los símbolos clásicos que identifican a la diosa.
Otros detalles de la composición están asociados con el amor y la lealtad: la guirnalda y el incensario de mirto, la tapa roja, la hiedra. Cupido mea a través de una corona de mirto, lo que significa los deseos de fertilidad y un feliz destino para la unión. El primer plano muestra la Serpiente, casi invisible entre los pliegues de las cortinas en las que Venus está reclinado.
Algunos tienden a asociarlo con los celos. Pero según las creencias antiguas, este reptil era un símbolo fálico asociado con la Madre Tierra, y aquí hay una alegoría de la felicidad y la fertilidad. En el fondo, detrás de la cabeza de Venus, los brotes de hiedra, entrelazados con un árbol, llaman la atención.
Las características principales de las plantas trepadoras son que son siempreverdes y crecen, “abrazando” troncos de árboles.
Ivy se asoció con manifestaciones de amor y amistad, convirtiéndose en un símbolo de lealtad y amor eterno. El artista pudo mostrar maravillosamente la audaz expresión y la astucia de Cupido. En la cabeza del fiel compañero de Venus, una corona de mirto, venerada en la antigüedad como un símbolo de fertilidad.
Esta interpretación es apoyada aquí por el gesto del niño divino, que marca una unión feliz y fructífera.