La obra presentada es la única pintura de Diego Velázquez que representa una figura femenina desnuda. Esto se debe a la actitud marcadamente negativa de la iglesia española ante tales imágenes. Sin embargo, la colección real tenía muchas obras similares sobre temas mitológicos, como Tiziano y otros artistas del Renacimiento.
Según los documentos, se sabe que Velásquez escribió varios lienzos más similares, pero no se conservaron.
Venus, la diosa del amor, era la diosa más hermosa del mundo antiguo y era considerada la personificación de la belleza femenina. El pintor la mostró con su hijo Cupido. Él sostiene un espejo para que ella pueda verse tanto a sí misma como a la que la contempla. Esta recepción, cien años antes de Velázquez, fue inventada por Tiziano específicamente para la imagen de la diosa, también estuvo representada con Cupido.
Por primera vez, la imagen se menciona en 1651, como se conserva en la colección del joven hijo del entonces Primer Ministro de España, famoso por su afecto y patrocinio del arte. Posteriormente, se convirtió en el marqués del Carpio y virrey de Nápoles.
Este estado le permitió ordenar tales lienzos sin temor a ser perseguidos por la Inquisición. En la casa del marqués, la obra colgaba junto con una pintura veneciana del siglo XVI, que representa a una ninfa desnuda. En resumen, “Venus frente al espejo” permaneció único en el arte español hasta la aparición de “Machi Nude” de Francisco Goya, inspirado en la obra maestra de Velásquez.
La pintura “Venus delante de un espejo tiene” y otros nombres. La pieza es conocida bajo los nombres “Toilet of Venus” y “Venus and Cupid”. Llegó a la National Gallery de Londres en 1906 desde el English Roqueby Manor – Park en Yorkshire, por lo que recibió otro nombre: “Venus de Roqueby”.
Los expertos de la galería creen que Cupido y la cara de Venus en el espejo se reescribieron en el siglo XVIII.