Imagen inusualmente realista. Esto se debe a los recuerdos vivientes del maestro, quien cayó en una terrible tormenta en su primer viaje a Francia. Habiendo llegado a Kale, debido a las terribles y furiosas olas, el barco en el que viajaba Turner, no pudo atracar en el muelle, y con impaciencia el artista abordó un barco que casi lo mató.
La imagen es un paisaje mágicamente atractivo: el mar espumoso, las crestas de las olas, el cielo nublado. Todo este poder inimaginable es solo el trasfondo de cosas aún más asombrosas: en medio de las aguas embravecidas, los barcos con ráfagas de velas están tratando de alcanzar la vida que salva la tierra. Los pasajeros se apiñan temerosamente.
Sin embargo, en el muelle todo sigue como de costumbre: un hombre con vino lidera una especie de diálogo agitado con una mujer, los pescadores clasifican los peces.
Este sorprendente contraste hace que se vea una y otra vez la trama, ¿no ha fallado la vista? Todo está en realidad, así que ninguna tormenta es capaz de perturbar la corriente habitual de la costa de Kale. En la técnica de Turner, fiel a sí mismo: el dramático drama, logrado mediante combinaciones de colores y contrastes de luz, dinamismo y atención al detalle.
Este estilo no se puede confundir, aunque su influencia se puede definir en muchas imágenes de futuros impresionistas.