El contenido de esta obra de Tiziano en realidad elementos pastorales combinados de manera extraña con los signos de la alegoría. Se caracteriza por una combinación de imágenes pastorales con un problema filosófico, revelada en la idea de las tres edades de una persona, donde las diferentes etapas de la vida se representan como dos niños durmiendo, una pareja joven tocando música y una vieja reclusa, que solo reflexiona sobre dos cráneos.
Indudablemente, tal conexión indica la presencia de un significado alegórico, que ha dado vida a varias interpretaciones del contenido de la pintura. Vieron en ella tanto la expresión del concepto del tiempo totalmente destructivo como la alegoría de la lujuria, combinada con la idea de la fragilidad de los placeres terrenales.
Según otro punto de vista, sus personajes son los héroes de la novela pastoral del antiguo escritor griego Long Daphnis and Chloe. En cuanto a la escena con niños dormidos y Eros, que protege su sueño, uno puede encontrar en ella un reflejo de la idea de la predisposición inicial de una persona a la lujuria pecaminosa que lo ha acompañado desde una edad temprana.
El punto de vista de la imagen de Tiziano como una alegoría de vanitas vanitatum parece bastante convincente: el motivo de los dos cráneos, sobre los cuales se inclinó el anciano, sirve como la clave para esta interpretación. En el Renacimiento el arte de su imagen actuó como un recordatorio simbólico inequívoco de la pecaminosidad del hombre, punible con la muerte.
Esto parece posible en el caso de la imagen de Tiziano, donde los signos oscuros expresan la escena erótica en primer plano. En este sentido, no es por casualidad que la pareja de jóvenes amantes, cuyo dueto encarnara la idea de placeres sensuales, se incorpore en el espacio paisajístico de la imagen, como una alternativa moral, se oponga al edificio de la iglesia, aunque esté relegado a un segundo plano. Motivos paisajísticos.