Entre 1933 y 1936, Ernst pintó varias pinturas que representan ciudades destruidas rodeadas de exuberante vegetación. En estos lienzos, el artista intentó crear una atmósfera de una civilización abandonada y atemporal. El crepúsculo verdoso en el que se encuentra inmersa la ciudad refuerza la sensación de falta de vida de este mundo.
Sobre la cima de la colina cuelga una enorme luna. “Toda la ciudad” que Ernst creó en aquellos años en que la sombra sombría del Tercer Reich se cernía sobre Europa. Y, aunque el artista nunca intentó describir eventos específicos de su historia contemporánea, sus obras parecen una advertencia formidable para la humanidad.
El mismo Ernst explicó el contenido de solo una de estas imágenes: vinculó directamente a su Ángel del Hogar con la Guerra Civil Española. Según el artista, el significado de esta imagen es bastante obvio: “” Ángel de la casa “: el nombre irónico de la monstruosa criatura que va, barriendo todo a su paso. Aquí intenté transmitir mi premonición de lo que pronto podría suceder en todo este mundo”.