El escultor describió la proeza de un campesino desconocido, según la leyenda, que fue capturado por los franceses durante la guerra de 1812. El héroe se distinguió por su físico bogatyr y, por lo tanto, decidió tomar el servicio en el ejército francés, y como señal de que pertenece al emperador Napoleón, le pusieron un sello con la “N” inicial. El campesino, no queriendo servir a los enemigos de la Patria, le cortó la mano con un hacha.
Tal coraje despertó respeto incluso del enemigo, y fue liberado. El escultor compara el acto de este campesino ruso con la proeza del antiguo romano Guy Mucius Scotola, quien en el 508 aC sacrificó su mano por la salvación de la patria.
De acuerdo con las normas del clasicismo, el autor ennoblece la apariencia del héroe: sus rasgos son correctos, su expresión es tranquila, su cuerpo está doblado armoniosamente. Solo una cruz en el cuello indica que este no es un guerrero antiguo, sino un héroe ruso.