La imagen sin el nombre del pintor expresionista inglés Francis Bacon muestra a una criatura fantasmagórica, a un pianista de avestruz parecido a un piano, recibiendo, o más bien devorando flores y aplausos, como un signo de gratitud por el desempeño “virtuoso”.El impacto psicológico de la imagen en el espectador es muy fuerte, estresante e inquietante.
El fondo naranja de la imagen se percibe como un fuego que se aproxima, que consume todo y es mortal. La ridícula figura de una criatura de dos patas, cuyo nombre no se puede imaginar, está indudablemente conectada con un peligro inminente. Este ser es solo el principio del fin.
El comienzo de los duros dictados de tales criaturas que ya vienen a nosotros, van a nuestra tierra.
Esta pintura del artista es una de sus primeras obras. En las obras de Bacon de este período se puede sentir la influencia de la pintura de los últimos Picasso y Dalí.