El pasillo es un corredor frío adjunto frente a la entrada de la cabaña del pueblo. El artista representó el pasillo y la niña descalza con cubos y una mecedora en sus manos. Ella está vestida con una simple falda oscura y una chaqueta blanca, un pañuelo en la cabeza.
La niña sonríe, se siente que este trabajo es agradable para ella, y no está en su camino.
Con una autenticidad convincente, el artista transmite el escenario: la pared de troncos de la cabaña, las paredes de tablones del toldo, el piso de tablones fisurado. A la derecha de la pared hay una escalera al ático, una cuenca cuelga en la pared. A la izquierda, en un banco de madera, había algunas cajas, cubos, palas y otros artículos necesarios en el hogar.
Detrás de la espalda de la niña hay una puerta abierta en la que se puede ver un día soleado de verano, una cerca, un huerto. Un rayo de sol ilumina parte de la pared y el piso de la entrada. La imagen es muy simple, poco sofisticada, provoca una sensación de paz, tranquilidad.