“San Sebastián” – una de las obras maestras del período tardío de la creatividad Tiziano. Mientras trabajaba en la pintura, el artista tenía ya 85 años, pero la pintura del titán del Renacimiento seguía estando llena de poder y belleza.
El enorme lienzo está cubierto con trazos dinámicos, amplios y llenos de energía. San Sebastián: el santo más venerado de Italia, un mártir de la iglesia cristiana, según la leyenda curó a las personas de la plaga.
Un guerrero que profesaba el cristianismo fue condenado a una muerte dolorosa, convirtiéndose en un blanco vivo para los arqueros. Tradicionalmente, el santo estaba representado atado a un pilar, con docenas de flechas atravesando su cuerpo desnudo. Es como si no sintiera dolor, precipitando pensamientos a Dios.
No hay humildad cristiana en el Sebastian de Tiziano, sino que es un antiguo héroe con un cuerpo poderoso y hermoso. Parece que el trasfondo de la imagen, el mundo que rodea al santo, está lleno de sentimientos trágicos, pero sublimes, al poseer a Sebastian, que acepta el tormento en nombre de una gran idea.
La técnica de pintura de las obras posteriores de Tiziano es sorprendente en libertad: no hay una división tradicional en el primer plano y el fondo, la figura está inscrita en el espacio, formando parte de un único entorno de luz-aire en el que todo está interconectado e inseparable. Tiziano improvisa con una superficie colorida, cargándola con una capa pastosa, gruesa, casi tangible (está literalmente diseñada con “más dedos que un pincel”) y la cubre con pintura satinada translúcida en la parte superior, lo que crea un rico efecto pictórico.
La paleta del artista aquí no es tan diversa: por el contrario, los colores se dibujan juntos, casi monocromos. Dicha libertad de expresión llega a la pintura europea uno o dos siglos después, por lo que algunos investigadores consideran que la imagen está incompleta.