
Los dibujos conservados de Murillo nos permiten decir que fue un excelente dibujante. El hecho de que tomó el arte del dibujo con toda seriedad también se ve confirmado por el hecho de que incluyó en su famoso autorretrato no solo las herramientas del pintor, sino también las herramientas del artista gráfico.
Al parecer, Murillo comenzó a trabajar en cada uno de sus lienzos, precisamente a partir de un dibujo preparatorio, donde trabajó a través de las poses de los personajes, pensó en la disposición de los detalles y “reunió” los elementos de la composición en un solo todo. Las obras de “San José con el infante Cristo dormido”, “San Francisco abrazando a Cristo” y “El pequeño Juan el Bautista con el Cordero” pertenecen a este tipo de dibujos.
Bebé durmiendo Cristo con ángeles – Bartolome Esteban Murillo
Nacimiento de Nuestra Señora – Bartolome Esteban Murillo
María Magdalena – Bartolome Esteban Murillo
Madonna y el niño – Bartolomé-Esteban Murillo
El buen pastor – Bartolomé-Esteban Murillo
Retrato de un joven en gris – Bartolome Esteban Murillo
Vendedor de Frutas – Bartolome Esteban Murillo
Los comedores de melón y uvas – Bartolome Esteban Murillo