Particularmente expresiva es la imagen de Cristo, el llamado “Salvador en poder”. Se da simbólicamente, como si estuviera en el contexto del universo: un óvalo azul verdoso significa el cielo con poderes celestiales: los ángeles; El gran cuadrado rojo es la tierra con cuatro esquinas, los países del mundo: Este, Oeste, Norte y Sur.
En las esquinas hay símbolos de los evangelistas: el ángel corresponde a Mateo, el águila a Juan, el león a Marcos y el becerro a Luka. Composiciones similares estaban en uso en Rusia en esa época. El “Salvador en el poder” de Rublevsky no se conservó por completo: su rostro se rehizo, el oro se perdió en su ropa y el color se volvió más oscuro.
Fracaso y nuevos recuentos de pliegues de ropa. Las delicias anteriores de este trabajo pueden juzgarse por el pequeño icono sobreviviente que se asemeja a una miniatura sobre el mismo tema de principios del siglo XV, atribuido a Rublev.
Los bordes irregulares del icono, perdidos de vez en cuando, la madera oscura y desigual, expuesta en lugares, no interfiere con toda la imagen y contrasta con la frescura de los colores brillantes. El rostro del Salvador, lleno de vida, resplandeciente con resplandores transparentes, escrito con suavidad y facilidad. El movimiento de la cabeza y el cuello es natural y habla de la habilidad con que el artista pinta la imagen humana.
Se han conservado la eclosión dorada de la ropa y el brillante fondo dorado.