Hay diferentes opiniones con respecto a la interpretación de las figuras de Friedrich. Muchos creen que el artista no era fuerte en la representación de una figura humana, y es por eso que prefirió pintarla a la luz de la noche o desde la parte posterior. Esta técnica permite al artista marcar solo la silueta, minimizando el número de piezas pequeñas.
Sin embargo, es poco probable que una explicación de este tipo pueda considerarse suficientemente convincente si recordamos los pocos autorretratos del artista que demuestran su capacidad para transmitir similitudes.
Lo más probable es que Friedrich retratara a sus héroes desde la espalda para darles a las figuras un sonido universal y crear una imagen generalizadora. Un ejemplo sorprendente de este enfoque es la pintura “Una mujer junto a la ventana”, 1822, en la que la esposa del artista se transformó en una imagen colectiva de “solo una mujer”. De la misma manera, el artista resuelve imágenes masculinas en las pinturas “The Wanderer Above a Sea of Clouds”, 1818 y “Moonrise”, 1835-37.