Renoir dibujó todo lo que vio y valoró a su alrededor: la vida de los ricos, de quien dependía materialmente, y las pequeñas alegrías de los estratos de la clase media bohemia, la clase a la que él mismo pertenecía.
A pesar de que su arte no abarca todo lo que se podría decir sobre la sociedad de ese tiempo, se le llama realista porque ayuda a arrojar algo de luz al borde de la vida real. Nos ayuda a mirarnos desde un nuevo punto de vista, tanto en el ajetreo diario como en los momentos de manifestación de la sensualidad. La creatividad Renoir forzó por primera vez al público a observar las características importantes de su vida desde un punto de vista estético, y este descubrimiento no ha perdido su valor hasta el día de hoy.
Hay una serie de temas que atrajeron especialmente a Auguste Renoir: retratos, figuras de personas, bailes, teatro, compañía de buenos amigos, paseos por el campo, el ajetreo y el bullicio de la gran ciudad y los paisajes. En comparación con otros pintores impresionistas del paisaje, Renoir prestó menos atención a las estructuras claras y expresivas, como si prefiriera tejer tapices finos. Y una calidad similar apareció en sus paisajes mucho antes de que estas imágenes de personas fueran diferentes. Él, como sus contemporáneos, podía transmitir el tembloroso aire bañado por el sol sobre la hierba y sobre los arbustos, la calidez y la alegría de la mañana de verano, el espléndido colorido de varios colores, que, como impresionista, se inclinaba a ver en la naturaleza.
En marzo de 1879, Renoir conoció a Paul Berard, un banquero retirado y diplomático. Entre las aficiones de Berar se encontraban la caza y la jardinería. A pesar de sus diferentes orígenes sociales, se produjo una estrecha amistad entre ellos.
En los años siguientes, numerosos retratos de miembros de la familia Berar fueron pintados. En los próximos años, Renoir vivió durante mucho tiempo y trabajó en su espaciosa finca Vargemon cerca de Berneval en Normandía. Durante sus viajes allí, Renoir pintó un jardín de flores con rosas y paneles de pared decorativos en la biblioteca y sala de estar.
En el período de 1879 a 1885, Renoir pintó alrededor de cuarenta pinturas para la familia de un diplomático en Vargemont.