Después de mudarse a Arles, Van Gogh tenía muchos nuevos conocidos. Entre ellos se encontraba el cartero Joseph Roulin. El artista visitaba a menudo su hogar hospitalario.
La esposa y otros miembros de la familia Roulin posaron para Van Gogh para retratos. El propio artista escribió al cartero varias veces, representándolo en diversos orígenes.
Joseph Roulin era un hombre sencillo, directo y abierto. Junto con su esposa, visitó a Van Gogh en el hospital, donde terminó en 1889. En las cartas a su hermano, el artista habló muy calurosamente sobre estas personas, y llamó a José su amigo.
Van Gogh transmitió completamente esta actitud en un retrato escrito en 1888. El artista representó a un hombre simple de físico poderoso, mirando directamente al espectador. Su mirada abierta e interesada fue expresada vívidamente, y parece que el cartero está hablando con alguien.
El fondo verde brillante con adornos florales rojos le da al lienzo un tono de decoración. La figura misma de Roulin está escrita de manera impresionista. El artista transmitió vívidamente el juego de luces en la cara del cartero con una combinación de colores puros e intensos.
Los reflejos del resplandor de la ventana brillan en los rizos de la barba de Roulin, cuidadosamente peinados por los dos lados.