
El retrato que aquí se presenta data de la época tardía de Bassano. Hasta la década de 1570, recurrió al género del retrato muy raramente, y generalmente lo trató más que genial. Sólo en una edad muy madura Bassano sintió el gusto por el retrato.
Este último de sus trabajos está marcado por la aparente influencia de Tintoretto, pero comparado con los retratos de este último, es más cámara, menos diseñada para impresionar al espectador.
Bassano se centra en la vida espiritual de sus personajes y, a diferencia de los retratistas venecianos, no presta mucha atención a los detalles de sus trajes. Otra característica de Bassano, el retratista: el deseo de concisión. Desechando todos los medios figurativos innecesarios y desesperadamente salvadores, creó imágenes que eran increíblemente completas y completas.
De particular interés en este sentido es su autorretrato.
Retrato de un hombre – Jacopo Bassano
Sturm Padua – Jacopo Bassano
El martirio de Santa Catalina – Jacopo Bassano
Crucifixión – Jacopo Bassano
Juan el Bautista en el desierto – Jacopo Bassano
Agosto – Jacopo Bassano
Madonna y el niño con Juan el Bautista – Jacopo Bassano
Cosecha – Jacopo Bassano