“Retrato de un joven veneciano”, escribió Albrecht Dürer durante su segundo viaje a Venecia en 1505. Esta es una de las pinturas más líricas del famoso maestro. Exquisitos colores: todos los tonos de color marrón, cabellos dorados, delicados tonos de cuero y un collar de perlas que brillan con un brillo mate…
Una mirada soñadora, párpados ligeramente bajos, ojos negros radiantes, una onda de cabello sobre una frente alta y clara y labios grandes y sensuales. De la imagen viene un encanto.
¿Quién es Albrecht Dürer? ¿Quién era este joven veneciano? Los críticos de arte ni siquiera intentan responder a esta pregunta, porque la historia no ha dejado ningún rastro, ni siquiera pistas.
En el “Retrato de un joven veneciano”, uno siente una pasión por esa mujer, que el artista escribió. Su rostro no puede ser llamado correcto, pero en su propia maldad – encanto cautivador. Delgado y rizado cabello dorado que toca suavemente el hombro blanco.
El peinado de la moda veneciana está sujeto por una malla transparente. El vestido profundamente tallado está decorado con bordados y lazos – oro y marrón. Los ojos marrones pensativos aparecen particularmente oscuros en un rostro pálido y serio.
El retrato está asombrosamente comenzado, pero no terminado. ¿Qué evitó esto? Solo podemos hacernos estas preguntas, pero no nos atrevemos a escribirles respuestas. Y, sin embargo, cuando te paras frente al “Retrato de una joven veneciana” en el Museo de Historia del Arte de Viena y no puedes apartar los ojos de él, surge un sentimiento: no es solo un retrato.
Esta es la página de la vida del artista.