Cuadro de Sandro Botticelli “Retrato de un joven”. Tamaño de la obra 37.5 x 28.2 cm, madera, temple. El retrato fue escrito de ocho a diez años después del “Retrato de un hombre con una medalla de Cosimo Medici”.
En lugar de la imagen volitiva energética creada por el artista anteriormente, viene la imagen de un hombre joven, inmerso en las profundidades del mundo interior.
Las experiencias del joven están ocultas, y la interpretación del artista de la imagen del retrato corresponde a esta expresión espiritual. La intensidad de los movimientos ocultos del alma aparece en esta cara soñadora en la concentración de la vista y la asimetría de la línea suave de la boca.
En el Renacimiento, la vida contemplativa estaba claramente separada de la vida de los activos. El primero está dedicado a actos dirigidos al bien común, el segundo está estrechamente relacionado con el mundo interior del individuo, con el desarrollo de las capacidades espirituales del individuo. Hasta mediados del siglo XV, se daba preferencia al tipo de retrato de una persona que da todos los poderes de la razón y la voluntad al servicio civil o militar.
Incluso la memorable imagen de eminentes pensadores y poetas fue superpuesta por un ideal activo y heroico. Pero gradualmente, bajo la influencia incondicional de las ideas del neoplatonismo, el “centro de gravedad” en la interpretación del retrato se desplaza hacia la vida contemplativa. La idea de la confrontación de diferentes comienzos en el alma y su aspiración hacia arriba, hacia la fuente de la belleza absoluta, introduce nuevas facetas en la imagen del retrato.