Van Gogh pintó este cuadro en 1886 en París. El artista mejora constantemente en habilidad, dibujando retratos de amigos y conocidos. Para el trabajo, nunca pidió una recompensa, estableciendo metas completamente egoístas.
El retrato muestra a Etienne-Lucien Martin, propietario de un restaurante en Clichy Boulevard. En esta institución organizó más de una vez exposiciones de obras de Van Gogh y otros artistas impresionistas. Cabe señalar que Van Gogh exhibió a menudo sus obras en varios cafés, restaurantes y salones de arte, pero prácticamente, ninguno de sus cuadros fue vendido.
El retrato fue pintado con mucho cuidado y es una de las obras más “académicas” de Van Gogh en este género. Al trabajar en ello, el artista se adhirió parcialmente a los cánones clásicos, modelando cuidadosamente los volúmenes y poniendo el énfasis principal en la cara y la expresión de los ojos retratados. Representa el fondo y el traje de Marten en tonos apagados de gris.
Su figura es masiva y pesada, como si no “encajara” en el espacio del lienzo. La cara está escrita en cálidos tonos ocres, de color rosado, a través de los cuales se ven reflejos delgados de color gris azulado de la ropa y el fondo. Van Gogh transmite el carácter alegre y directo de Martin, representando una media sonrisa y un leve entrecierre en sus ojos.