El retrato de Tamara Popova, la colegiala de Feshin en la Escuela de Arte de Kazan, es una de las imágenes femeninas de 1917, en la que las tendencias hacia la sofisticación y el manierismo están creciendo claramente – Mademoiselle Girmond, La Dama con un Cigarrillo, el retrato de Masha Bystrova, La Joven retrato litvin.
Las heroínas de los retratos se parecen a brillantes aves exóticas, y los colores de estas obras brillan como piedras preciosas. Los trazos fraccionarios amplios llenan el plano del lienzo, como un mosaico, pero la forma no se aplana ni se disuelve, sino que, por el contrario, adquiere densidad y volumen. Las tareas coloristas en estas obras son valiosas.
El artista llena todo el lienzo, mientras usa el número mínimo de colores, crea complejas combinaciones de colores, revelando un mayor número de tonos de gris. Pureza y juego de color, su brillo convierte la imagen en una joya.