Una dama rica y noble con un alto peinado en polvo, con un elegante atuendo, camina por el parque en un perro pequeño.
El artista transmite bellamente el juego del atlas, la ligereza del cabello. El marqués Salisbury se volvió hacia el espectador, tal vez fue aclamada mientras caminaba, con la mano levantada intentaba calmar al perro que ladraba. La imagen está escrita en una espectacular gama de tonos ocres, blancos y marrones.