Bryullov permaneció indiferente en su trabajo en un gran retrato que le encargó el señor A. Beck. La imagen de una mujer secular, M. A. Beck, cuyo retrato en acuarela de la obra de Hau fue reproducida en el almanaque “Morning Dawn for 1841” entre las imágenes de bellezas que destellaban en la corte, no inspiró a Bryullov con inspiración poética. La imagen de “Bekshi”, como la llamó la artista con molestia, está impregnada de indiferencia fría y oficial.
Colorante seco y sin vida del retrato, no hay nada en él contra el brillo de la paleta de Briullov. La situación que rodea a MA Bek se percibe prosaicamente.
En lugar de un paisaje que informaba a la imagen de una persona de un sentimiento lírico especial, apareció un interior con una gran cantidad de objetos: una alfombra decorativa extendida en el suelo, una copia del cuadro de Carlos Dolcea “St. Crea la impresión de las magníficas cámaras del palacio. Entre la abundancia de estos detalles, M. A. Beck resultó ser una marioneta sin vida, sosteniendo a una elegante y pequeña hija en sus brazos.