Surikov fue un gran pintor de retratos. El significado del retrato, como género y como una manera de comprender a un hombre, el artista lo entendió perfectamente. Por eso, sus bocetos de pinturas famosas son retratos de las principales figuras de los futuros lienzos.
Una gran cantidad y retratos propios fueron creados por el maestro. Uno de ellos – “Retrato de la princesa Kropotkina”.
La heroína del retrato es Sofía Avgustovna Kropotkina, la hermana del artista. La imagen muestra los principios individuales básicos en los que se orientó Surikov, creando sus retratos, a saber: una postura definida, que el propio artista pidió, un fondo neutro, para el cual era más adecuada una hoja de papel. Otra característica importante de Surikov fue que la decisión final de toda la imagen se creó solo en el momento de trabajar en ella, es decir, el plan final madurado no antes de que el artista comenzara a trabajar directamente en especie.
El artista decidió “darle” una guitarra a la princesa Kropotkina, y para él eligió una técnica de acuarela. Sin peso, imagen liviana creada solo por las transiciones de color más finas de las pinturas de acuarela. Los matices de filigrana crean plasticidad, a partir de la cual crece el retrato de una mujer estricta, reflexiva y un poco romántica.
El retrato en sí se distingue por la sofisticación y la aristocracia: una postura elegante, las delgadas y largas manos de Sofia Avgustovna, un hermoso atuendo, combinado con un chal delgado y oscuro sobre su cabeza. Hoy, este maravilloso retrato en acuarela se puede ver en la Galería Tretyakov.