La gran duquesa Alexandra Fyodorovna desde 1817, la esposa del gran duque Nikolai Pavlovich, el futuro emperador Nicolás I.
Se convirtió en el ídolo de toda una generación; muchos poetas del poro de Pushkin le dedicaron sus versos. Este retrato es una de las obras maestras indudables. El traje de perla nacarada de aire magistral escrito de la persona más augusta contrasta con la mirada fría de sus ojos, creando una imagen muy ambigua.