Al parecer, el retrato del escritor Andreev quedó inacabado. Ante nosotros es más probable que sea un boceto trabajado que un trabajo terminado. Sin embargo, quizás esta es una técnica que el artista usó para transmitir la esencia del personaje del escritor: la inconstancia, una inclinación por lo irracional, lo ilusorio.
Ante nosotros hay un joven con una camisa bordada, una barba rusa, una rica cabellera y un aspecto brumoso. A los ojos del héroe, la melancolía, el vacío y un cierto abatimiento. No hay una sonrisa en la cara, los labios están comprimidos. La postura no es libre y relajada, sino que, por el contrario, se siente una cierta tensión interna. El esquema de color del retrato está restringido.
De blanco a vagamente verde.
Incompleta del fondo, los trazos nerviosos, descuidados, enfatizan la atmósfera de nerviosismo y tensión. Parece que el artista pasó algo de energía a Andreeva.