Pintura del pintor español El Greco “Retirando el quinto sello”. El tamaño del cuadro es de 222 x 193 cm, óleo sobre lienzo. En el período tardío de la creatividad, el tema de la destrucción del mundo, de la retribución divina, suena más agudo y más insistente en el arte de Greco.
Es indicativo de su apelación a la escena del Apocalipsis en el cuadro “Eliminación del quinto sello”.
En el espacio sin fondo, las almas inquietas de los justos, típicas de El Greco, son extrañas criaturas sin rostro, sin rostro, figuras desnudas frenéticamente estiradas que parecen sacudir el movimiento del viento. En medio de este mundo de sombras, en primer plano, una figura de un evangelista arrodillado crece en primer plano.
La expresividad emocional de la imagen con su aguda distorsión de formas y, por así decirlo, las pinturas fosforescentes alcanza una intensidad excepcional. El mismo tema trágico de fatalidad y muerte suena en otras obras de El Greco, aparentemente sin relación con la trama religiosa. El artista El Greco no tenía seguidores.
La pintura española se enfrentó a diferentes tareas, en las que a fines del siglo XVI y XVII surgió una poderosa ola de realismo y su arte se olvidó hace mucho tiempo. Pero a principios del siglo XX, durante la crisis de la cultura burguesa, atrajo mucha atención. El descubrimiento de El Greco se convirtió en una especie de sensación.
Los críticos extranjeros vieron en él el precursor del expresionismo y otras corrientes depresivas del arte moderno. Los elementos del misticismo y el irracionalismo y las peculiaridades de la estructura fina de las obras de El Greco relacionadas con ellos no fueron vistos como manifestaciones específicas de su tiempo, sino como cualidades supuestamente eternas y más valoradas del arte en general.
Por supuesto, tal evaluación moderniza irracionalmente el aspecto del artista, y lo más importante, presenta en una luz distorsionada lo que constituye el poder excitante de sus imágenes, una enorme intensidad de sentimientos humanos trágicos. Completando una cierta etapa en la historia del arte español, la obra de El Greco representa simultáneamente una especie de línea divisoria entre dos grandes épocas artísticas cuando, en el arte de muchos países europeos, en la búsqueda dolorosa y contradictoria de las tradiciones renacentistas, los primeros signos del siglo XVII cobran vida 17. siglo.