Sin duda, el arte de Savrasov, su propia actitud hacia la naturaleza, tiene una religiosidad peculiar. Y no se manifestó de ninguna manera solo en las pinturas de carpas y jefes de monasterios, iglesias y campanarios que se elevan hacia el cielo. En los mismos principios compositivos e imaginativos de las obras de Savrasov, hay una intensidad especial de su sentido de las fuerzas universales del ser, la conexión de los mejores en la tierra y en el alma del hombre con el cielo y la luz que fluye de ella.
Este significado se transmite maravillosamente en una de las obras maestras de Savrasovsky: la pintura “Arco iris”.
Tras haber impreso un pueblo en una loma, a la que se alza un sendero desde un río con una escalera dispuesta en una pendiente, el artista ha colocado una imagen de terciopelo mojado de pasto verde, atravesando las nubes de sol y gentil, como si fuera un arco iris derritiéndose, tanto amor y poesía que un motivo de pueblo ordinario se percibe como La imagen de una cierta “escalera” que invita al ascenso espiritual, uniéndose a las fuerzas de luz del “mundo divino”. Cerca de “Rainbow” en el sentido figurado de la pintura “A las puertas del monasterio”.
Savrasov más de una vez describió este hermoso fenómeno de la naturaleza, en el que desde tiempos antiguos había un profundo significado en la Biblia: “una señal del pacto entre Dios y el hombre”. Al capturar una aldea en una loma, a la que se eleva un camino desde un río con una escalera dispuesta en una pendiente, el artista ha colocado una imagen de terciopelo mojado de hierba verde que se abre paso entre las nubes de sol y gentileza, como un arco iris derritiéndose, tanto amor y poesía que se percibe como un motivo ordinario de una aldea. La imagen de una cierta “escalera” que invita al ascenso espiritual, uniéndose a las fuerzas de luz de la “creación divina”.
Cerca del arco iris en el sentido figurado y pinturas A las puertas del monasterio y el paisaje con un arco iris.
Es interesante comparar la Savrasovsky Raduga con la imagen del mismo nombre, pintada en 1900-1905 por otro notable pintor ruso de paisajes: el “pintor” Arkhip Kuindzhi, quien también vio un profundo significado en este fenómeno, pero lo capturó como una especie de “arco” monumental en el majestuoso templo de la naturaleza.