En la imagen, el autor representó la pendiente del banco Volga, iluminada por un sol dorado. Al espectador se le da una pequeña ciudad costera. Sobre el lienzo pintado atardecer de verano.
Por lo tanto, el comienzo del sol ya se está poniendo, y sus rayos iluminan la suave superficie del río.
En el primer plano, vemos la pendiente de la costa, cubierta de hierba quemada. Un bosque se está extendiendo más cerca del río. Un poco más lejos está el camino que conduce a los edificios. Esta es una pequeña casa construida de piedra blanca y con un techo de tejas rojas, así como una iglesia y un campanario.
Traen al paisaje un encanto y una serenidad especiales. Aún más lejos en la niebla de la tarde que se aproxima, todavía se pueden ver las casas. La mayoría de los edificios de la ciudad están ocultos por árboles y arbustos densos.
Debido a la presencia de luz solar en la superficie del agua, parece que no hay agua en el río, sino oro líquido. Volga parece interminable, por lo que el autor ha representado toda su fuerza y poder natural. La majestuosa extensión de este paisaje provoca gran admiración.
El otro lado del río se captura en el fondo. Ya está un poco escondido por la bruma de la puesta del sol, todo su aspecto y contorno se fusionaron en una sola mancha púrpura azulada. La costa se marchitó anticipándose a la próxima noche, que pronto se extenderá a la ciudad al otro lado del río.
El lienzo está lleno de paz y tranquilidad. El flujo silencioso del agua y el atardecer tardío evocan las impresiones y recuerdos más agradables de la infancia. El autor, increíblemente realista, muestra toda la paleta del atardecer de verano, toda la belleza diversa de la naturaleza veraniega.
Admire la imagen “Tarde. Alcance dorado” nos empuja a los pensamientos más profundos, inspira armonía espiritual, paz y trae esperanza.