En agosto de 1888, Van Gogh le contó a su hermano sobre sus planes de pintar un cuadro con un amigo-artista, lo llamó un soñador, usando colores exagerados. En lugar del fondo liso de una habitación normal, creó el efecto del cielo nocturno, en el que la cabeza destacaría “como el brillo misterioso de una estrella débil en el infinito”. Esta carta indica exactamente el significado que Van Gogh quería transmitir a través del retrato.
Como siempre, no se limitó a los rasgos o rasgos característicos de una persona que se sentó en el papel de su modelo.
En este retrato, el belga Eugene Bosch, un artista de profesión, está representado como la visión de Van Gogh de un poeta soñador. Se muestra simplemente en un traje moderno, pero las estrellas se han agregado al fondo. Más tarde, Van Gogh llamó al retrato “El poeta contra el cielo estrellado”. Boch está escrito en una combinación de tonos brillantes de amarillo y azul oscuro.
Se suponía que colocar la cabeza de una persona en el fondo imaginario de una noche estrellada elevaría el retrato al nivel de una representación más simbólica del artista como un soñador y un mensaje sobre el movimiento del artista desde la realidad social inmediata.
El problema era que, a pesar de una idea tan grande para un retrato moderno basado en una combinación de color y atributos simbólicos, Van Gogh no podía transmitir ese significado sin la explicación completa del texto que tenía que escribir en letras.