Alejándose del teatro, Sikkert no renunció a su amor por él. Sus obras teatrales y musicales se distinguen por el conocimiento de la vida del teatro “desde el interior”. Notable es su obra “New Bedford”, 1915-16.
El auditorio se ve aquí como desde la escena, a través de los ojos de un actor. La mayoría de las pinturas de teatro y salas de música Sikkert escribió “de dos maneras”, al comienzo de su carrera y después de regresar a Inglaterra desde Dieppe en 1905.
La mayoría de las veces, enfocaba su atención en la audiencia sentada en el pasillo, pero a veces también escribía actores. En cualquier caso, el maestro trató de encontrar un ángulo inusual, para enfatizar este o aquel detalle con la ayuda de efectos de iluminación inusuales.
Tal es el trabajo de “Lion Comic”, donde el artista escribe a un actor cuando es visible desde el foso de la orquesta. Experiencias similares, recuerda, “hecho” y Degas. Más tarde, cuando Sikkert comenzó a pintar a partir de fotografías, creó varias pinturas que reproducían escenas de actuaciones famosas.
Pero a veces se permitía distraerse con temas más frívolos, como, por ejemplo, “Las niñas de la Plaza Tiller”, 1928.