Vanessa Bell pintó cinco fotos “basadas en” esta playa, que visitó con frecuencia en 1909-1911. Pero ella trabajó en la playa de Stadland en su taller de Londres, utilizando solo un pequeño borrador hecho al aire libre. Quizás esta forma de trabajo era necesaria para que la artista se distrajera de detalles innecesarios y se enfocara en simplificar al máximo las formas.
El espacio de la imagen es absolutamente plano.
El espectador ni siquiera puede estar seguro de que la cuña azul que ocupa la mitad superior del lienzo es el mar, no la pared. Esto lo adivina solo por el nombre. La paleta está limitada aquí por varios tonos, cada uno de los cuales está encerrado en límites claramente delimitados de una forma u otra.
El artista divide toda la composición del lienzo con varias diagonales, la principal de las cuales es la línea de colisión del mar y la playa. La segunda diagonal “corta” la esquina izquierda de la imagen, y la tercera, imaginaria, conecta los caracteres del primer plan con los caracteres del segundo. Esta composición simple y equilibrada, así como la combinación pacífica de azul y blanco roto, alivian la sensación de ansiedad que el espectador puede tener al mirar formas abstractas en el borde del agua.