En los años 40 y 50, el lenguaje creativo de Ribera cambia, sus pinturas se vuelven más ligeras y alegres. El artista ahora es más probable que sea admirado por los niños de la calle, y los santos están representados en las imágenes de hermosas chicas jóvenes. Los motivos barrocos penetran en su obra.
Fue en este momento que Ribera escribió una de sus imágenes más románticas: “La arrepentida María Magdalena”. El santo está representado en una cueva oscura con una mirada dirigida a Dios. Sobre un fondo oscuro de la cueva, la cara de una niña llena de encantos, sus hombros desnudos, sus manos plegadas en oración y sus pies se ven llenos de puntos brillantes.
El velo envuelve al Sagrado, formando pliegues extraños, en los que varían todos los tonos de rojo. La túnica oscura azulada de Magdalen en color contrasta con el velo rojo, realzando la emotividad general del lienzo.
Como contrapeso a una cueva oscura, la amplitud de un cielo azul claro blanco más allá. La pintura proviene de la colección real. Tal vez fue comprado a los descendientes del famoso coleccionista español Jerónimo della Torre, en cuya colección había muchas obras de Ribera.
Se cree que el modelo del artista sirvió como su hija.