La imagen de Nikitin se percibe como un requisito para el “padre de la patria”.Inmediatamente después de la muerte de Peter Nikitin fue invitado a capturar al emperador muerto. El retrato del rey está representado, vestido con una camisa blanca, cubierto sobre su pecho con una cortina amarillenta y un manto azul de armiño.
La imagen de Pedro I está llena de majestuosa solemnidad. El retrato está impregnado del sentimiento de profunda y sincera pena: para Nikitin, Peter no solo era un emperador, sino una persona cercana y conocida cuya muerte fue una pérdida personal para el artista. El maestro traza cada arruga, cada pliegue, cada hebra de cabello, como si sintiera su responsabilidad ante las generaciones futuras.
La muerte ya ha distorsionado el rostro de Pedro, pero al observar la imagen del emperador muerto, uno puede entender su grandeza en su vida.
El retrato fue transferido en 1762 por orden de la emperatriz Catalina II del antiguo Palacio de invierno de madera en Nevsky Prospect, cerca del Puente de la Policía a la Academia Imperial de las Artes. Su autor se llamaba I. N. Nikitina, I.-G. Tannauer, Andrei Matveyev.
Los investigadores modernos creen que la imagen es el trabajo incondicional de I. N. Nikitin, que se confirma por su análisis tecnológico.